La importancia de una buena hidratación.

Según vamos cumpliendo años, existe una disminución del porcentaje de agua corporal. Además, la sensación de sed disminuye, aumenta la pérdida de líquidos debido a cambios en la función renal, se producen alteraciones en el sentido del gusto y otros factores externos como el consumo de ciertos fármacos, predisponen a la disminución de la ingesta de líquidos. De cara al verano y las altas temperaturas, la necesidad de hidratación aumenta y es por ello que se debe incrementar su consumo tanto con agua como infusiones sin azúcar, frutas de temporada, gazpacho, caldos, etc.

Pese a ser una época en la que apetece comer helados o granizados azucarados, esto no es la mejor opción a nivel nutricional. Es preferible cambiarlo por helados de fruta congelada hechos en casa o batidos de yogur natural/leche con fruta.

Esta es una época en las que las ingestas de alimentos disminuyen y eso puede dar pie a un estado de desnutrición. Por eso podemos hacer un plato único si tenemos poco apetito, en el que incluyamos una base de producto vegetal (ensalada o verdura) y le añadamos una fuente proteica (huevo, pollo, pescado, legumbres) y un carbohidrato complejo (arroz o pasta integral, papa o batata). Como por ejemplo: Ensalada de hortalizas, pollo, huevo y garbanzos.

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